jueves, 26 de mayo de 2011

Rajim, el último profeta





Los Repollos, un sitio de incomparable belleza. Es el sur de Río Negro, mediados de abril, las hojas ya empiezan a caer formando un manto dorado sobre el paisaje. Hasta aquí hemos venido en busca de un iluminado, un hombre puro de corazón y pensamiento, Rajim Abedul Cifuentes. Rajim en árabe significa Sirviente del que Cocina. Su figura alargada se recorta frente a su cabaña, construida a mano por el mismo, varios lustros atrás, cuando llegara aquí proveniente de Formosa.

Al vernos se le dibuja una enorme sonrisa de regocijo, alza las manos al cielo y profiere unas palabras rituales, mantras que nuestro limitado idioma no llega a comprender. Nos sentimos un poco extraños cuando se arroja a nuestros pies y los besa, mientras su mujer Hulya - en turco, La que da Placer Sin Mirar a Quien - nos mira con dulzura, toma nuestros abrigos y los arroja a un rincón, adonde está el perro. Inconscientemente mi mente imagina un mensaje oculto: "Perro infiel".

Rajim, el último profeta

Rajim nos invita a tomar asiento en unos troncos que utiliza a modo de sillas. Vemos que todo en ese hogar ha sido obra de su ingenio, hasta las alfombras.

"¿Cansador el viaje no? ", su voz profunda nos envuelve, transmite paz y serenidad… ahora entendemos por qué cuenta con tantos fieles.

"Me hubieran avisado que venían con más tiempo, así les preparaba un Ñame Kolkas. Pero lo tengo que pedir con tiempo, acá no se da mucho el ñame, por la zona, por el frío…"

Nuestra falta de cultura es proverbial, le tuvimos que preguntar qué es el ñame. (Sonríe)

"Es una planta de propiedades afrodisíacas, también sirve para los calambres y la culebrilla."

-Multiples propiedades como el Aloe Vera...

-Ese arbusto está sobrevalorado. Como Riquelme en Boca.

-¿Le gusta el fútbol?

-Lo detesto. Embrutece el espíritu.

Entendemos. Aunque el banderín boquense colgando de la puerta nos deja absortos...

Escuchamos gritos de niños, sus hijos. Son siete: Mahaila, Nabila, Anwar, Mukhtar , Munir, Nazim y Ricardito, producto casual de un matrimonio anterior.

Los rapaces entran a la cabaña cansados. Traen leña para la salamandra y agua de deshielo, proveniente de una cascada, distante a diez kilómetros.

-Vivimos en total independencia del mundo exterior. Todo lo mundano nos es ajeno.

Lo miramos con asombro. No nos animamos a preguntar por la antena de Direct Tv que vimos antes de entrar.

Ahora nos cuenta de su Fe. De cómo descubrió la religión que profesa. "Un día llegó a mis manos, un ejemplar del Libro Sagrado, ilustrado por Landrú. Me gustaron mucho los dibujitos, eran chistosos." Así, por medio del humor, se fue acercando más a esta doctrina.

Recuerda con gran nostalgia su viaje a Chipre. De cuando conoció al gran maestro Raquin Sahle, El que Ve Más Allá. Me dio tres grandes concejos: no fumes, no tomes, no te drogues, ah, y usa el cinturón de seguridad… cuatro…

Mientras comemos algo muy parecido a la pizza fría, que él llama, pizhab, nos relata momentos de su vida.

"Yo mate a mi padre. Con esta mano", dice y la estrangula como queriendo amonestarla. "Fue cazando pumas, en Tatú Piré. El se puso adelante del rifle y le volé la cabeza. Sin querer. Desde ese momento tomé la decisión de ser un siervo del Altísimo."

Su mujer asiente a todo lo que decimos. Al parecer no entiende el idioma.

"Ella es de Afganistán", se adelanta Rajim,. "Allá las mujeres valen menos que un kilo de carne de Cristina Kirchner. La compré por unas pocas rupias. Ojo, por amor. Todo lo hago por amor", dice y sopapea a su hijo por robarle un pedazo de alimento que se disponía a comer.

Le preguntamos por el ayuno, una de las pruebas mas difíciles de seguir para los iniciados. "Son dos meses y medio de ayuno. Solo agua y yogurt. Algunos no lo resisten. Son los simples, los que no creen. Demonios que merecen morir!! … Los ojos se le encienden. "En fin, esa es la prueba mas grande…"

Ahora nos muestra fotos. "El maestro" nos dice… Es un retrato de Perón en sus mejores épocas. El gran benefactor.

Empieza a llegar gente de los alrededores. Los que siguen sus enseñanzas. Sin quererlo estamos ante un evento maravilloso. Lo saludan como a un dios. Nuestra visita culmina, tenemos material como para escribir un libro.

Rajim libera la mesa del comedor de trastos. Alguien saca algo muy similar a una ruleta. Los arribados traen gallinas, vemos un jamón, cueros de oveja, vino…

Ya nos vamos.

Mientras subimos a nuestro vehiculo escuchamos o creemos escuchar que el maestro grita: "¡¡Rojo el 17!! ¡¡La casa gana!!" Pero podríamos estar equivocados.

Ah sido una experiencia única. Aleccionadora. Nunca se borrarán de nuestra mente las ultimas palabras de Rajim, "Bendiciones, es a voluntad, lo que ustedes puedan dar…"

sábado, 5 de febrero de 2011

LAS VOCES DEL TERROR



Vincent Price y Narciso Ibáñez Menta



Habían nacido, casi fatídicamente, con un año de diferencia. Uno en San Luis, Missouri, hacia 1911; el otro en Sama de Langreo, Asturias en 1912. Fueron incomparables actores, pero ante todo, maestros del terror.
Vincent Leonard Price, Jr. Estudió historia del arte y bellas artes en la Universidad Yale y en el Courtauld Institute de Londres. Hacia los años 1930, es atrapado por el teatro.
En 1935, participa en su primera obra, Chicago. Colabora junto a Orson Welles en el Mercury Theatre, compañía de teatro fundada por Welles en Nueva York.
Su primer rol dentro de una película de terror fue en Tower of London (1939), donde actúa junto a Boris Karloff, famoso por su caracterización del monstruo de Frankenstein.
Si bien sus trabajos como actor van mas allá del genero del horror, es aquí donde es incomparable su labor. En los años 50 filma títulos como La casa de cera (1953), la primera película en 3D, y La mosca (1958).


Los padres de Narciso Ibáñez Menta, fueron artistas líricos. Durante su infancia viajó con ellos por España y Sudamerica. Finalmente decidieron asentarse en Buenos Aires.
Su trayectoria actoral fue también muy amplia, pero se hizo muy popular por sus interpretaciones en el género de terror.
Cimentó su fama de actor “de miedo” en Argentina, por sus modos, su figura, su rostro capaz de revelar la mas terrible pena, como el odio mas insano. Pero ante todo por su voz y su acento característicos. Una voz, que, como la de Vincent Price, parecía salida de los confines del averno, dispuesta a apoderarse de nuestras almas…
En 1933, filmó una adaptación teatral de Doctor Jekyll y Mr. Hyde, seguida de una puesta en escena de El fantasma de la ópera. Años más tarde incurre en películas tétricas como Una luz en la Ventana (1942) , La Bestia debe Morir (1952) - junto a Nathán Pinzón - además de Obras Maestras de Terror , en 1960 .


Podríamos afirmar que, del mismo modo que en la música Sandro fue el Elvis argentino. Ibáñez Menta fue nuestro Vincent Price.
Lo que unía a estos dos genios de la actuación, por cierto, era su presencia en escena. La sola imagen de ellos en una obra desde ya generaba y genera inquietud. Mucho de ello se debe sin lugar a dudas, a sus voces. Puestos a analizar la dicción, el manejo de la palabra y los tonos. Ambos contaban con ese tremendo punto a favor. La voz de Vincent Price llegó a ser tan característica que Michael Jackson la eligió para que formara parte de su éxito mas recordado, thriller. Esa carcajada diabólica cierra, como en un particular y macabro acto de espiritismo, la comunicación con el mundo de los muertos y es también ironía. Porque también hay humor en el terror, que de otra forma se torna insoportable, angustiante. Price, quien filmó muchas películas basadas en cuentos de Edgar Allan Poe y era admirador del escritor desde niño, decía que los textos Poe eran satíricos, y el trataba de incorporar ese humor extraño en sus películas. El humor de la demencia.

En lo personal, Price e Ibáñez Menta apostaron por el sagrado matrimonio. Ambos se casaron en tres oportunidades. Sus últimas esposas fueron actrices. Más allá de estas coincidencias, sus trabajos finales no estuvieron a la par, en cuanto a calidad. Price fue llamado a realizar un papel en el Joven Manos de Tijera, por su fanático número uno, Tim Burton. Menta, terminó realizando un programa para canal 13 llamado “Hay que matar a Drácula” , de muy baja calidad. Según propias palabras “Aquello fue un despropósito total a pesar de que se convocó a más de nueve autores. Me dio la sensación al leer los libros, que se trataba de gente que ni siquiera había ido al colegio.”
Price falleció en 1993, a causa de un enfisema provocado por su adicción al tabaco. En 2004 murió Narciso Ibáñez Menta, por problemas cardíacos.

Ambos, a su modo, colaboraron para asustar a generaciones de espectadores que aun hoy los recuerdan, y se persignan cuando los escuchan.


Sesión de grabación de thriller, por Vincent Price (1982)


http://www.youtube.com/watch?v=dgDSXlXkJv4



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